[Crónica] Fontaines D.C. (Lisboa, 01/11/24)
El quinteto irlandés Fontaines DC hizo su debut en 2019 y rápidamente se ha consolidado, en apenas cinco años, como favorito del indie/rock alternativo con sus dos primeros álbumes de estudio, Dogrel y A Hero’s Death y se ha afianzado definitivamente con Skinty Fia y ahora con Romance, su flamante disco que les ha impulsado a los primeros puestos de las listas, incluído su top diez en nuestro país.
La etiqueta “post-punk” se ha utilizado mucho al describir a Fontaines D.C., pero la misma se ha quedado insuficiente, sobre todo con el lanzamiento de este disco y cuando les hemos vuelto a ver en vivo por segunda vez. De hecho, la breve apertura de Romance, primero con el telón del escenario bajado, es lo más cercano a la dark wave de los últimos Depeche Mode. No por nada han compartido al productor de la banda, James Ford. El orden de las canciones de presentación del álbum durante toda la actuación en el Campo Pequeno de Lisboa fue aleatorio, una forma clara de querer integrarlo dentro del setlist desde el primer momento sin discriminaciones. De hecho la banda prefirió entregar directamente dos de A Hero´s Dream (Jackie down the Line y Televised Man) y Skinty Fia (Roman Holiday y Big Shot) antes de comenzar su Romance con Death Kink, probablemente la canción “más britpop” del álbum. Para entonces el público ya estaba plenamente convencido y en el centro ya se habían arremolinado el grupo de pogos frenéticos, que nos obligó a retirarnos a una zona menos convulsa.
Conor Curley cogió las riendas en la siguiente pista, Sundowner, otra pieza entre synth pop y shoegazer de ensueño, para regresar a la furia desatada y amenazadora del doblete de Big de Dogrel y la canción titular de A Hero’s Death, para delirio de los acróbatas. Here’s the Thing dejó paso a Bug, una de las más coreadas por el público y que además es su último single. Hay que reconocer que Chatten canta cada frase con la misma intensidad que en la grabación, incluso con mayor vehemencia, y su magnetismo se contagia a la banda en una energía envolvente.
Con mucho pocas palabras y suficiente arrogancia- ¡Y una Palestina libre! gritado por Chatten y algún escueto agradecimiento- el protagonismo se dejaba más a las guitarras de Carlos O’Connell y Conor Curley que se entrelazaban a la perfección, apoyadas por la sección rítmica formada por Conor Deegan al bajo y Tom Coll a la batería. Mientras que Nabokov, que parece un homenaje rotundo a los Cure, y probablemente una de las que mejor suena en vivo, la versión con más energía punk de Boys in the Better Land fue la que arrastró definitivamente al público al total paroxismo. La actuación concluyó con el single Favourite, la joya indie pop de su último trabajo. Para los bises In the Modern World, otra de las celebradas del último, seguida del himno I Love you, durante el cual la parte central de la concurrencia quedó invadida, junto a los pogos, de varios «crowd surfers», mientras volaba algún globo con forma de corazón como la portada del álbum, con el final de Starburster, la canción, con ritmo de hip hop al estilo de Gorillaz, que más manifiesta su giro más atrevido en Romance. “Después de haberos visto en Glastonbury y de haber escuchado el nuevo álbum, habéis crecido con cada álbum”, le dijo nada menos que Elton John a Grian Chatten este mismo verano. Un halago que viene de alguien que conoce bien el negocio. Quiénes somos nosotros para llevarle la contraria.