[Crónica] BIME Live 2016 (Bilbao, 28 y 29/10/16)
El Festival BIME se va, con el paso de los años, consolidando como una de las apuestas más interesantes dentro del panorama festivalero otoñal, si no la más interesante. Es difícil consolidar una propuesta después de un verano saturado de festivales con carteles inmejorables, desde el mismo Bilbao BBK hasta el FIB.
El arranque del sábado- y del festival – llegó con la propuesta local de Ex-Novios, a quien vimos prácticamente finalizar. El arranque del dúo Cat´s eyes (Faris Badwan y Rachel Zeffira) no podía ser más adecuado para el fin de semana tan cargado de símbolos oscuros, con su revisión del tema central de Twin Peaks, si bien es una apertura habitual de prácticamente todos sus conciertos. Su oferta en directo resultó más interesante de lo que en un principio esperábamos: sonido nítido e impecable en un concierto donde sonaron también las canciones de su segundo trabajo, Treasure House (Kobalt Label Services), como Chameleon Queen, Be Careful Where You Park Your Car e incluso otra versión, Because de los Beatles. Salimos un rato antes de su finalización para poder contemplar el directo de Javiera Mena. Incluso aunque uno sea de los que no le convenza el electropop que frecuenta la chilena, hay que reconocer que su puesta en escena está bien ejecutada, con un grupo de cuatro bailarinas y contínuos cambios de vestuario que hace difícil aburrir al personal allí congregado. Aunque, todo hay que decirlo: escuchar la versión de la cargante Yo no te pido la luna poco antes del comienzo de Toundra resulta un poco exótico…
Dejamos, en todo caso, a Toundra apenas comenzada su actuación- ya les habíamos visto recientemente en el SOS de Murcia- para dirigirnos de nuevo al pequeño escenario Antzerkia, donde comenzaba su actuación Edwyn Collins, acompañado apenas de dos guitarristas. Suficientes, en todo caso, dado que el repertorio de la actuación no necesitaba más apoyos: Losing Sleep- que titulaba su álbum de 2010, Understated– que también encabezaba su más reciente trabajo discográfico de 2013, o las emotivas Down the line (2013) y Home again, de 2007, sin olvidar canciones de su ex- Orange Juice como Felicity o Falling and laughing.
Salimos de la actuación de Edwyn Collins con tiempo para ponernos en primeras filas para PJ Harvey y su compacto y sincronizado grupo de nueve miembros. Su actuación, memorable en todo caso, no superó la que meses atrás había ejecutado en el Primavera Sound, en un setlist prácticamente calcado y en el que sólo sustituyó Medicinals por un esperado bis de Highway 61 Revisited de Dylan. Una versión que, por cierto, ha retomado en su gira de otoño después de 18 años sin tocarla en directo.
Tiempo hubo entonces para acomodarnos tranquilamente en la presencia de los veteranos Richmond Fontaine. Decimos veteranos porque, aunque todavía resulta bastante desconocida, la formación lleva 20 años en los escenarios, con discos memorables como Post to wire (2004), aunque el que venía a presentar era su más reciente You Can’t Go Back If There’s Nothing To Go Back To (2016), su mayor éxito en listas. Nos pusieron al día con sus nuevas canciones, como Don’t Skip Out On Me o A night in the city.
Tras el fugaz paso por The Horrors– breve, ya les hemos visto varias veces- llegamos a la duda razonable de quedarnos con Suede o ver, por enésima vez, a Nacho Vegas. La original aunque pesada propuesta de Suede de acompañar su último disco, Night thoughts, con una película compuesta ex-profeso para el disco, unido a una incesante verborrea de parte del público, hizo que nos decantáramos por Nacho Vegas. Perdón, Nacho Vegas y el Coro Internacional Matriarcal Antifascista, con una actuación eminentemente comprometida en el que repasó gran parte de sus dos últimos discos, desde Canción para la PAC hasta su versión de Phil Ochs, Amenme, soy un liberal. Su público, y probablemente, muchos más, ya que probablemente fue el conciertos más concurrido del escenario Antzerkia en el festival, difícilmente quedó defraudado.
El día del sábado comenzaba de nuevo con otra disyuntiva, ya que se solapaban dos artistas completamente antagónicos: el suave indie folk del irlandés James Vincent McMorrow y el contundente rock psicodélico de Toy. Así que, aun no es la decisión más recomendable, disfrutamos de parte de las actuaciones de ambos. En el caso del irlandés, con una banda de diez miembros, un directo efectivo, sobre todo el de un tercer disco que en el que ha evitado repetirse. Su título, We move (#1 en Irlanda) lo dice todo, un paso prudente al R&B que parece convencer a sus seguidores. TOY, por otro lado, también presentaban su tercer trabajo, Clear Shot (2016). Los otrora protegidos de The Horrors aparecen en su nuevo disco- y también en el directo- más alejados del krautrock, columna vertebral de sus dos primeros trabajos. El abanico de sonidos de la formación de Brighton se ha ampliado en su tercero, acercándose más al shoegaze y un uso más pronunciado de voces de apoyo. El directo es impecable, el tiempo dirá si el giro ha sido un acierto.
Con las primeras notas de Lambchop– apenas piano y voz ligeramente distorsionada por vocoder- nos percatamos que nos vamos a encontrar con una actuación memorable. Efectivamente, Kurt Wagner y su banda- en formato trío- nos anuncia con esa apertura la reprogramación de Lambchop, su salto sin paracaídas a la electrónica. Las canciones nuevas como In Care of 8675309 o NIV, no destentonan en su repertorio clásico de country alternativo. Sobresaliente.
Nos acercamos a Wild Beasts, si bien, pese a la buena voluntad de la joven banda, no acabamos de entender el desmesurado éxito de la formación, y su más reciente disco, Boy King, no ha terminado de mejorar una opinión sobre la misma. Así que partimos hacia el último dilema del día: ¿Moderat o Divine Comedy? Moneda al aire…
A Neil Hannon le sobra todo el ingenio y la empatía necesaria para ponerse delante de un escenario. Ésto, unido a un setlist impecable- desde Something for the weekend a I Like («veo que os gustan los éxitos, ésta no lo fue») y un acompañamiento inmejorable, convirtió al grupo norirlandés en la propuesta más convincente del festival. Tanto que, para nuestra suerte, la formación había confeccionado un setlist demasiado corto- «tocamos demasiado rápido»– y, tras despedirse con Tonight we fly, tuvo que improvisar dos canciones más- Down in the street below y The Frog Princess- para el delirio de los allí presentes, que voceaba sus propias peticiones.
La sorpresa llegó al final del festival. Nuestra desolación por no haber podido ver la actuación de Moderat se vio gratamente recompensada. Nos dirigimos a la primera fila para asistir a nuestro primer concierto de unos veteranos: The Chemical Brothers. Tiene mérito empezar una actuación con un hit. Con Hey boy hey girls el público allí asistente comenzó a enloquecer desde el primer momento. Fuimos de los pocos en advertir que en la tercera fila apareció en el foso un grupo vip. No hizo falta que el vigilante nos advirtiera en confidencia: «Estos son los de Juego de Tronos». El enorme pelazo de Nathalie Emmanuel (Missandei) es reconocible a kilómetros. Junto a ellas estaban los directores y prácticamente todos los actores que se encuentran rodando actualmente la nueva temporada en Bilbao. El resto de la actuación fue una auténtica fiesta, la traca final. Sólo ver bailar juntos a unos metros de ti (OJO, spoiler!) a Kit Harington (Jon Snow) y Emilia Clark (Daenerys) ya casi hizo que mereciera la pena asistir al festival.
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