Comets On Fire – Blue cathedral
Comets On Fire es un grupo de Santa Cruz surgido en 1999 y que cuenta con tres discos de estudio. Blue cathedral es el último de ellos y el más ambicioso, un álbum donde consiguen aunar todas sus influencias (psicodelia y rock sobre todo) con un resultado más que notable y que le hace ser, sin duda, su mejor trabajo hasta el momento. La banda californiana ofrece un sonido contundente, cósmico y, en algunos casos, sorprendente. Esto se debe a la creciente madurez del grupo, que ya dejó muy buen sabor de boca con sus anteriores Comets on fire (2001) y Field recordings from the sun (2002). Además, para la grabación de este álbum se han unido a la formación el guitarrista Ben Chasny (de los Six Organs Of Admittance) y Tim Daly, que toca el saxofón en algunos de los temas. Todo ello ha facilitado la labor de Ethan Miller, guitarrista, voz y líder, de llevar el sonido característico del grupo a un escalón más alto.
Excepto la decadente y asombrosa pieza que es Organs, los demás temas cuentan con una duración bastante generosa pero en la que no sobra nada. Los desarrollos largos son acompañados de la voz de un Miller muy influenciado por gente como MC5 o Led Zeppelin. Canciones, en muchos casos, construidas alrededor de un pegajoso riff al que poco a poco se le van añadiendo acrobacias experimentales y buenas dosis de psicodelia. Solo hay que prestar atención a la locura de Tim Daly con su instrumento en el último tramo de Whiskey river o el cruce de guitarras, también hacia el final, de The antler of the midnight sun. Mención aparte merece Pussy footin’ the duke, uno de los mejores temas del álbum. También hay tiempo para la calma. Wild whiskey, una de las instrumentales, nos muestra su habilidad para reciclar pasajes que parecen sacados de piezas como Echoes o Atom mother heart de Pink Floyd. Por otro lado, Brotherhood of the harvest nos ofrece el lado más acústico y folk de Comets On Fire, en otra pieza completamente instrumental y que sirve para meternos de lleno en un estruendoso final con Death squad y la épica Blue tomb.
Nos encontramos, sin duda, ante uno de los discos más espectaculares del año. Esperemos que den el salto definitivo para llegar a más público, algo que no se nos antoja muy complicado tras escuchar repetidamente este Blue cathedral.