Coldplay – A rush of blood to the head
Un listón muy alto. Eso era Parachutes. Las comparaciones no se han hecho esperar.
El disco es sencillamente redondo. Más que como una concepción homogénea de álbum, como una concepción de temas dispares, pero con una misma línea de producción impecable. Coldplay no repite fórmula, pero si reincide en construir un disco nada comercial y profundamente triste.
Los último compases del tema que abre el disco, Politik, así lo confirman. La música en este punto se vuelve un valle absoluto de lágrimas. De sensibilidad, de sentimiento. La sensibilidad y sentimiento que emana de In my place con un riff excepcional de guitarra. Otro final inquietante.
Le sigue God put a smile in your face una pieza que engancha con Parachutes por los cuatro costados. Quizá el momento más simple y monótono del disco. Mala elección de orden.
Aparece a continuación The Scientist, para muchos lo mejor del disco. Es un gran tema, con melodía cíclica (nuevo punto en común de la música de Coldplay). Arranque a lo Lennon (Chris Martin siempre ha estado enamorado de este tipo de inicios a piano). Al igual que el siguiente Clocks, un precioso tema pop, con una melodía cíclica de piano realmente soberbia.
Un guiño a los 60-70 y los Beatles en Daylight, que parece más bien un tema compuesto entre Lennon y Harrison. Reminiscencias indias.
Y a continuación, la obra maestra del disco, el temazo, Warning Sign es una de las baladas más maravillosas de principios de siglo. Con una letra apabullante, y un final antológico (al regazo de sus brazos).
A whisper, otro guiño claro a la música de los 70, esta vez algo de Pink Floyd en una dura pero corta melodía. Otra joya.
A rush of blood to the head, el tema que le da título al álbum y Amsterdam son dos temas conectados entre sí, que quizá sí forman una coherencia homogénea en el disco. Aquí tenemos a los Coldplay más íntimos, menos comerciales.
En definitiva, a falta de muy poquito para acabar el año, estamos ante el mejor disco del 2002. No se ha elaborado hasta la fecha un álbum tan peculiarmente repleto de sensibilidad. Difícil papeleta para un grupo que pusieron en el 2000 esa cota tan alta. También fueron lo mejor de aquel penoso año musicalmente hablando.
¿Y el futuro?. Quién sabe. Ahora sólo cabe disfrutar de esta maravilla.
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