Cerys Matthews – Don’t look down
Cerys Matthews, la ex cantante de Catatonia -una de las bandas más populares en el Reino Unido a mediados de los noventa-, es seguramente la que ha salido más airosa de entre sus compañeras de generación (Sharleen Spiteri de Texas, Skye Edwards de Morcheeba) cuando han tenido que emprender el vuelo como solistas. Tras una reciente y bizarra participación en La isla de los famosos británica -con escenas poco aptas para horario infantil- y con un programa diario de radio, la galesa, que fuera votada hace diez años como la “cantante de rock más sexy” por los lectores de Melody Maker, se ha centrado ahora en su tercer disco en solitario, Don’t look down, grabado en dos versiones: inglés y galés.
En este nuevo álbum la artista se distingue como ferviente seguidora del John Barry de las películas de James Bond y, aunque Matthews no cuenta con la potente voz de su admirada Shirley Bassey, lo compensa con una gran personalidad y lo complementa además con otra cualidad definitiva: ya desde su debut se ha revelado como una buena compositora, y es en este disco donde encontramos buena muestra de ello. Las referencias cinematográficas a los sesenta ya citadas, con las que Saint Etienne aderezaban las melodías de sus primeros discos, son protagonistas en canciones del calibre del single Arlington Way, Evelyn, Oranges to Florida o, sobre todo, Salutations, y sitúan a este disco a medio camino entre The magnificent tree de los Hooverphonic de principios de década y el más reciente The age of the understatement de The Last Shadow Puppets. Lejos de encontrarse en la cuerda floja, tal y como aparece en la portada, Cerys Matthews está en su mejor momento.
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