Arizona Baby aterrizaron en Málaga para presentar The truth, the whole truth and nothing but the truth (Subterfuge, 2013), un EP con ocho canciones que sirve para cerrar, de momento y por poco tiempo, la convivencia junto a Los Coronas. El trío, formado por Javier Vielba (voz y guitarra), Rubén Marrón (guitarra) y Hermo (batería), se presentó en un Espaciu algo desangelado, tal vez, porque la noche no invitaba a poner un solo pie en la calle. Entre el público, unos se dedicaban a cimentar el ligue de la noche pasada y otros, suponemos que los que no pillaron cacho, hablaban sin pausa, sacudiéndose de un manotazo cualquier atisbo de respeto para con el grupo y el resto de asistentes. Quiero creer que estos últimos sí que estaban allí para disfrutar del concierto.
A lo que vamos. Arizona Baby se caracterizan por mezclar con acierto country, rock’n’roll y blues y, además, ofrecer buenos conciertos. No es poco, no, pero en este punto hay que parar de contar. Cierto es que el Sr. Marrón es todo un descubrimiento para los que vemos a esta gente por primera vez, y que, por momentos, te apetece bailar y gritar junto a un Vielba que ejerce como único animador del cotarro. Pero al final todo es tal y como te lo imaginabas: la balanza no se decanta hacia ningún lado y en la quiniela ponemos una equis. Ni versiones tan atractivas y dispares entre sí como The model (Kraftwerk), The end (The Doors) o Runaway (Del Shannon), ni temas propios tan queridos como Shiralee te sacuden de verdad. El efecto es incluso menor si los escuchamos cómodamente instalados en casa. Falta algo y ni sé lo que es ni estoy en la obligación de averiguarlo. Tal vez fuera porque desde la segunda canción comencé a preguntarme si el cantante no sería Santiago Segura fugado del programa Tu cara me suena o porque saltaron al escenario con más de una hora de retraso sin dar ningún tipo de explicación. No sé. El caso es que puede ser que ellos tuvieran su noche, pero definitivamente no fue la mía.
Foto: Lorena Rodríguez
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