Era 1963 y Stuart Sutcliffe había dejado el grupo. Ringo había reemplazado a Pete Best, y Brian Epstein se había convertido en el manager, cambiándoles el cuero negro por trajes elegantes, y asegurándoles el contrato de grabación que siempre habían soñado.
Please Please Me, su segundo sencillo, había llegado al número uno a finales de febrero de 1963. Aprovechando su creciente éxito, habían estado en un horario de vértigo haciendo radio y televisión, y grabando su primer LP, ocho días a la semana durante meses.
Así que cuando su horario se apaciguó, al finales de abril, los Beatles se tomaron 12 días libres para unas vacaciones al sol ¿qué sitio mejor que España? Brian y John fueron a Barcelona, y Paul, George y Ringo – en compañía de la fotógrafa Astrid Kirchherr y Klaus Voormann- fueron a la isla de Tenerife, a la estancia de la familia Voorman en Los Realejos. Estas fotografías raramente vistas desde Tenerife muestran los tres Beatles y Astrid relajados en una piscina cerca del océano, libre de las presiones de la beatlemanía que recientemente se había sido desatado.
Tomada con la cámara portátil Rolleicord de Astrid en color, las imágenes cándidas preservan un momento inédito en la historia de los Beatles – uno en que puede que no fueran conscientes de sí mismos – ya que puede ser una de las últimas veces que estaban libres de estar en público y no ser reconocidos…
Son fotografías raramente vistas, en color, reveladas en 1985 a partir de los negativos originales de Astrid Kirchherr. Se hicieron 15 copias, y solo unos pocas se habían vendido hasta ahora con el juego completo e intacto. Como la que sale a la venta el 5 de diciembre bajo el título Tenerife ’63, a un precio inicial de algo más de cuatro mil euros, a través de la casa de subastas de Dallas Heritage Auctions.
