[Crónica] Vodafone Mexefest (Lisboa, 24 y 25/11/2017)
Según la organización del festival, la séptima edición del Mexefest congregó más de 12.000 personas entre el viernes y sábado por el centro de Lisboa en los 57 conciertos de la séptima edición del festival de invierno de la ciudad.
El Vodafone Mexefest no es un festival que pretenda abarrotar las salas- aunque prácticamente siempre lo consigue- sino conformar una serie de artistas de calidad – «un escaparate de artistas emergentes» como dice la organización- repartidos en lugares icónicos de la capital. Ésto, pese a la incomodidad que puede provocar las colas al entrar en algunos sitios, es de apreciar y no suele ser muy habitual en los festivales españoles.
Así entre el viernes y el sábado pudimos asistir a la presentación de artistas que muy pronto – no hace mucho tiempo ahí pudimos ver a Alt-J o Benjamin Clementine– estarán en escenarios muchos más amplios de festivales de verano. Así, el viernes comenzamos la jornada nocturna con Washed Out, en el que nos encontramos a un artista como Ernest Greene, que en su primeros años tocaba sólo detrás de una computadora portátil, a una formación prácticamente completa con dos teclistas, uno de los cuales alternaba también teclado con bajo y guitarra, que rememoraron sus hits como Olivia, Belong o, sobre todo, Feel It All Around, conocido como el tema central de la serie Portlandia.
Cambiamos de escenario al precioso Palácio Alverca/Casa do Alentejo, convertido de restaurante a sala de conciertos para asistir a la actuación en vivo de Songhoy Blues, cuarteto de guitarras del norte de Mali que suma, con un eclectismo poco común, blues del desierto con funk y rock y en la que sobresalía la guitarra de Garba Toure y su enérgico cantante- y bailarín- Aliou Toure, que, a pesar del ambiente de fiesta, recordaba en sus letras la difícil situación de los refugiados en el norte de Mali, expulsados de sus hogares por la guerra.
El momento fuerte de la noche del viernes estaba previsto para la actuación de Destroyer en el Coliseu dos Recreios. Desde luego, el canadiense Dan Bejar reunía todos los ingredientes necesarios: bajo y batería, dos guitarras, un saxofón- que intercambiaba con sintetizador- trompeta y piano, y además venía a presentar nuevo álbum, Ken, publicado apenas hace unas semanas, aunque cosechó más aplausos con Kaputt, el álbum que la banda publicó en 2011, sobre todo con los espectaculares finales que conformaban la orquesta, con el protagonismo habitual de saxofón y trompeta.
Había cola para ver a nuestras Hinds en la Estación del Rossio. Probablemente- al menos de las actuaciones que pudimos ver- fue la que logró una mayor empatía entre artista y público de todo el viernes. El cuarteto, desde su comienzo con Garden, pasando por Easy o Chili, logró meterse con facilidad al público en el bolsillo, e incluso metió en el repertorio canciones nuevas que prometió volver a presentar el próximo año.
Por poner un pero al festival- aunque es común en todos- son los solapamientos, sobre todo el sábado, en el que se concentraban los artistas más interesantes del cartel. Par las primeras horas de la noche del sábado- a pesar de coincidir con Aldous Harding- escogimos a Cigarettes After Sex. Resulta admirable cómo un grupo que acaba de editar su disco de debut – y, sobre todo, con un sonido melancólico tan poco comercial- es capaz de abarrotar el Teatro. El sonido del trío de Texas liderado por Greg Gonzalez- vestidos de riguroso luto- apunta al wave etéreo de los ochenta, más cercano a unos Cocteau Twins pero sin el encanto de la voz de Elizabeth Fraser, y con unas composiciones (aún) más lánguidas y lineales que las del trío escocés, que, sin embargo, eran tarareadas por el público asistente. Todo un triunfo.
Fue complicado escoger entre el pop fresco de Everything Everything– que es lo que demanda una noche de sábado- y nuestro primer encuentro con la voz de Julia Holter, que además inauguraba gira. Buena prueba de ello es que gran parte de público- que debía desconocer lo que iba a ver, algo que nunca llegaré a entender- se le vantase tras las dos primeras canciones. Una actuación sobria- apenas Julia Holter al piano acompañada del marco tenue de un sintetizador- en la que la artista presentaba las canciones de sus dos últimos discos y que demuestra ese equilibrio casi perfecto – hoy en día poco habitual – entre compositora pop y de vanguardia.
Tras la actuación de Holter, mientras gran parte del público se acercaba a ver a la iraní Sevdaliza, nosotros optamos por Liars, el proyecto del australiano Angus Andrew- con una carrera con más de 17 años – que entraba al escenario vestido con un traje de novia. Y, como tuvimos la ocasión de comprobar a lo largo de los minutos que siguieron, de novia salvaje. Apoyado en vivo por los hermanos Blaze y Reid Bateh, el punk rock delirante de Andrew contagió con facilidad a un público entusiasta, el del Vodafone Mexefest, el Festival que te enseña a ver Lisboa desde otra perspectiva.