El misterio de SAULT continúa. Hace tan solo unos días la banda británica anunciaba en lanzamiento de nada menos que cinco! discos nuevos – en su caso parece que no han perdido el tiempo durante período de aislamiento- pero solamente por tiempo limitado, sin compartirlo en streaming y tan solo si adivinabas la contraseña adecuada. Era una apuesta original aunque arriesgada para una banda que todavía no tiene el status de estrella. Bien es cierto que, a pesar de su naturaleza impenetrable, gran parte de sus miembros han sido ya llamados por grandes artistas para colaborar con ellos en sus recientes trabajos, como en el caso de Inflo para producir varias canciones del álbum 30 de Adele, lanzado hace justo un año.
El lanzamiento de los álbumes- ahora ya disponibles también en streaming- sigue a su único otro proyecto de larga duración (instrumental) este año, Air, que llegó en abril, aunque ya el mes pasado, el grupo compartió un nuevo sencillo, Angel, de 10 minutos de duración. Tras las poderosas declaraciones de protesta que fueron Untitled (Rise) y Untitled (Black Is), con el primero de sus cinco nuevos lanzamientos SAULT continúa con la siguiente iteración en su serie numérica de álbumes, siempre con números impares, siguiendo a 5, 7 y Nine con 11. Este es, probablemente, el álbum más completo de los cinco, donde el colectivo deja claro su afán por los ritmos hipnóticos, repetitivos y obsesivos (Glory) al más puro estilo del maestro Prince, falsete incluido, para girar hacia ritmos reggae (y voz masculina) con Fear no One y Morning Sun, con claro protagonismo del bajo, y. a continuación, ceder el destacado a la guitarra en Together. Sin embargo, los momentos más intensos no llegan hasta la segunda mitad, cuando voces, teclado y guitarras se conjuntan de manera armónica en canciones como Fight for love y o en el sophisti-soul con influencias claras de Sade en Envious o incluso cuando adoptan una forma más austera como en River.
Seguramente de este conjunto de cinco trabajos lanzados al unísono, el más experimental y, al mismo tiempo dispar, es Earth, con ecos del soul más subversivo – véase Gil Scott Heron – en ejemplos como The Lords with me o Warrior, pero también perfeccionado con baladas poderosas como Stronger. En Today & Tomorrow, sin embargo, el enorme contraste surge con el protagonismo de los coros envueltos en sonidos más funk rock y punk, con The Jungle o el cierre Above the Sky entre sus momentos memorables. El disco más largo y espiritual de este quintuple lanzamiento, Untitled (God), secuela de 21 canciones de sus anteriores Untitled (Rise) y Untitled (Black Is) añade algunas novedades más si cabe al eclecticismo del grupo con guiños synth pop en God in disguise. Tras la evanescencia del efecto sorpresa, tanta dispersión impide sopesar que alguno de estos cinco discos – tal vez un solo álbum, incluso doble, habría sido una opción más acertada- esté a la altura de sus trabajos anteriores, aunque no hay duda de que todos ellos mantienen viva la llama de este grupo inescrutable.
