The Black Crowes – Cabin fever
Tras veinte años en la carretera, Chris Robinson y los suyos decidieron dar un paso más en su habitual proceso de grabación, una resolución que les llevó al estudio de Levon Helm (The Band) en Woodstock para terminar de perfilar una veintena de nuevas composiciones y, al mismo tiempo, presentarlas en vivo durante cinco noches consecutivas frente a un afortunadísimo grupo de seguidores. Fue en esas fructíferas sesiones nocturnas donde nacieron todos los temas que conformaban el doble y soberbio Before the frost… until de freeze (Silve Arrow, 2009). Ahora, y pasados ya algunos meses desde su lanzamiento, se edita Cabin fever (Silver Arrow, 2009), un paladeable DVD que nos ofrece la posibilidad de colarnos en la granja de Helm para asistir a esos conciertos intimistas en donde los Cuervos despliegan un repertorio completamente novedoso durante el que es, probablemente, su periodo más prolífico en todos los sentidos, aunando no sólo cantidad sino también calidad, algo especialmente meritorio y difícil de conseguir en una banda con dos décadas de vivencias a sus espaldas.
Tras degustar las breves palabras entre Chris y el propio Helm, los comentarios de los integrantes del grupo y la puesta en escena de unos temas que siguen insistiendo en las raíces sonoras norteamericanas –aunque la selección aquí es principalmente rockera-, la sensación que nos invade es la de cierta insatisfacción al imaginar la cantidad de material que se ha quedado fuera y el poco que –afortunadamente, eso también es verdad- hemos podido disfrutar a través de este DVD. Cabin fever incluye cortes ya imprescindibles como Good morning captain, la sugestiva Appaloosa o Been a long time (waiting on love). Como complementos exclusivos encontramos la inédita Little Lizzie Mae y versiones de Fred Neil (Dolphins) y la Velvet Underground (Oh! Sweet nothin’) en donde la voz, al igual que ya ocurría en What is home, corre a cargo de Rich Robinson.
Creemos que el mayor logro de este DVD reside en la posibilidad de sentirnos uno más de los asistentes a esas veladas que podríamos catalogar de mágicas; intrusos en el corazón creativo de una de las bandas más en forma del panorama actual. Enfrentados al aliento de un público fascinado, los Cuervos –ayudados de forma intermitente por Larry Campbell– nos ofrecen un tratado de rock sin parangón, el mismo que podemos seguir disfrutando en los discos de grupos como Grateful Dead, los Faces o Led Zeppelin, pero que, desgraciadamente, tan complicado es de encontrar hoy en día. Breve pero intenso, Cabin fever es todo un orgasmo sonoro y visual. Imprescindible.
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