Encuentros en la tercera fase
¿Hay vida en otros lugares alejados de nuestro planeta? Las hipótesis más optimistas dicen que sí. Pero, aun más interesante, ¿existe una vida tan inteligente que pueda construir naves y visitarnos sin que nos enteremos de ello? Es poco probable, pero lo más importante es que saberlo o no es irrelevante. Lo único que tenemos que hacer es observar a nuestro alrededor y pensar que encontrar este tipo de vida en nuestra galaxia es aun más difícil que encontrar una aguja en un pajar. Podría ser que los seres alienígenas escuchasen las emisiones que hicimos al espacio, y que nos localizasen gracias a ellas, pero, ¿cuántos años llevamos emitiéndolas? ¿Cien años quizás? Las estrellas más cercanas a nuestro sistema solar están a entre cuatro y diez años luz de distancia, aproximadamente. Pensar que ha dado la casualidad de que nos escucharon y que han podido viajar hasta nosotros a tan altas velocidades, sólo para observarnos, se antoja improbable. Pero siempre quedará la duda.
En este filme, Steven Spielberg usa esa pequeña incertidumbre que nos queda para plantear el punto sobre el que gira el argumento. Además, sorprende gratamente al no usar como recurso principal los manidos clichés sobre los seres de otros mundos que tan cansados estamos de ver en las películas de extraterrestres al uso. Al principio se limita a mostrar esbozos y sutiles muestras de su aparición consiguiendo, además, mantener una tensión narrativa muy intensa. Con tan sólo unos determinados encuadres o jugando con la música y las luces el efecto final es magnífico, y el director muestra muchas de las cosas que han hecho que se le considere un realizador sobresaliente.
Los personajes que se ven envueltos en la trama son, en principio, personas normales que viven sus respectivas vidas sin sobresaltos, hasta que entran en contacto con los extraterrestres de una u otra forma. A partir de ese momento deben convivir con la incredulidad de sus allegados, la carencia de ayuda del gobierno y la clara ocultación de la verdad. Y, por si todos estos problemas no fuesen suficientes, extrañas visiones pueblan sus mentes instándoles a hacer algo que desconocen. La inconfundible melodía de comunicación interestelar y el misterio de la visita extraterrestre son dos detalles que han pasado ya, por derecho propio, al imaginario popular de la historia cinematográfica. Desde entonces, y aún hoy, muchos miran al cielo preguntándose si hay alguien ahí afuera, pero ya no sólo imaginan hombrecillos verdes, sino también observadores silenciosos de nuestra civilización.
Texto: Rand
Close encounters of the third kind, EE.UU., 1977
Guión y dirección: Steven Spielberg; Producción: Julia y Michael Phillips; Fotografía: Vilmos Zsigmond; Música: John Williams; Intérpretes: Richard Dreyfuss (Roy Neary), Teri Garr (Ronnie Neary), Melinda Dillon (Jillian Guiler), Bob Balaban (David Laughlin), François Truffaut (Claude Lacombe).
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