Se estrena en cartelera uno de los documentales más aclamados del pasado año y Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance.
El noruego Benjamin Ree saltó a la fama en 2016 cuando produjo su primer largometraje, Magnus, que exploraba la historia del maestro del ajedrez noruego Magnus Carlsen. Este primer largo, que se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca y se vendió en 64 países, estableció el talento del director como realizador de documentales. «Mi proyecto anterior fue sobre el mejor jugador de ajedrez del mundo, Magnus Carlsen. Sus sentimientos estaban ocultos en el interior; rara vez, si es que alguna vez, se muestra. El gran desafío fue encontrar una forma visual para transmitir esas emociones veladas. Con La pintora y el ladrón, sin embargo, no hubo tales problemas. Los personajes son apasionados, directos, sensibles y multifacéticos». Filmado a lo largo de tres años, el cineasta logró capturar un viaje emocional que The Guardian describió como «el documental más conmovedor del año».
«Siempre me ha fascinado el robo de arte»- comenta el director «Creo que es por los contrastes. La industria del arte socialmente elevada con mucho capital cultural se encuentra con criminales de “clase baja” con antecedentes difíciles. Estos contrastes plantean preguntas que me intrigan. ¿Quiénes son estos ladrones? ¿Cómo eligen sus pinturas? ¿Es por dinero o por un amor genuino por el arte? Ese fue el comienzo de este proyecto. Yo buscaba robos de arte en Google. Es gracioso recordarlo ahora. No sabía nada de lo que conduciría esta investigación. Leí mucho. Me reí mucho. Tuve reuniones con ladrones de arte. Nada que valiera la pena filmar. Luego me encontré con la historia de un robo de arte en la Galería Nobel en Oslo en 2015…»
Cabe destacar que la película también recibió el premio especial del jurado del documental de cine mundial por narración creativa en el festival de cine de Sundance, así como el premio del público a la mejor película documental en el festival de cine de Londres. Según este renovador del cinema verité, Ree ha «intentado llevarlo hacia un nuevo camino, con varias perspectivas saltando adelante y atrás en el tiempo, revelando nuevas capas a lo largo de toda la película. He trabajado duro para encontrar una forma cinematográfica que se adapte al contenido de cada escena, que refleje el estado interior de los personajes».
Para The Hollywood Reporter «La intimidad sostenida de la película habla muy bien de la confianza que los sujetos llegaron a sentir por el cineasta, quien es capaz de ir rápido mientras sigue y revela las fases de su vida al mismo tiempo que mantiene la discreta distancia de un cineasta. Es una mirada inusual a lo resbaladizo de la condición humana». Según The Wall Street Journal «las cuestiones de identidad persiguen tanto a la víctima como al delincuente, no sus nombres o direcciones, sino quiénes son en los confines de su psique y quiénes pueden convertirse». The Guardian también revela su admiración: «Qué película tan fascinante, y la inversión de género de una musa masculina que inspira a una pintora tiene que ser un pequeño paso para la igualdad en el mundo del arte». Para The Globe & Mail «La pintora y el ladrón podría ser el mejor documental del año, si se le pudiera llamar un documental. En cambio, la película del director Benjamin Ree es más una investigación fascinante y potencialmente transgresora sobre hasta qué punto la forma documental puede romperse y reconstruirse, y si la audiencia debería aceptar una reconfiguración tan salvaje».
