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[Reseña] LCD Soundsystem – american dream

Se acabó eso de soñar, es hora de estar despiertos

David Bowie se marchó hace casi dos años dejando publicado un disco testamentario y canciones hechas para después de su muerte. Pero también podríamos asignarle parte de la autoría de american dream, el cuarto trabajo de los reunidos LCD Soundsystem, ya que fue uno de sus principales instigadores, así como de la reconfiguración de la legendaria banda neoyorquina. Así lo reconoció James Murphy en una reciente entrevista en BBC Radio 6, y se nota en algunas de las piezas de este nuevo álbum.

Puestas en relación la desaparición de quien fue para él un ídolo, un amigo y un padre –black screen– y la certificación del final del sueño americano –american dream–, ambos conceptos cobran sentido enmarcados en un discurso sentimental general de desilusión, desengaño, miedo por el futuro –incluso por uno que ya hemos visto desarrollarse con éxito: su retorno (change yr mind)– y nostalgia, cuyo punto de encrucijada parece ser i used to. Como si la marcha de Bowie y la llegada de Trump hubieran marcado el final de una era y el inicio de otra: se acabó eso de soñar, es hora de estar despiertos (“I’m still trying to wake up”) y alerta.

Dejando atrás la historia y la historiografía del cese de actividades de LCD Soundsystem en 2011, de los 7 años de silencio discográfico y de su regreso, primero en directo y luego con american dream, parece haber un claro consenso sobre el ileso y fantástico estado de forma de Murphy y los suyos. En esta nueva entrega los norteamericanos ponen en liza todos los elementos estéticos con los que revolucionaron la escena electrónica rock durante la pasada década: pieles y texturas anfibias, de electrónica dance y (post)punk, lírica y ritmos reiterativo, casi obsesivos, y una oscuridad bien entendida que conecta con Joy Division, Suicide o New Order.

Tampoco procede demasiado comparar este disco con sus tres anteriores o especular sobre si es o no su mejor trabajo, porque dependerá de los gustos particulares de cada uno. Lo que sí está claro es que, en caso de haber ignorado a LCD Soundsystem durante su primera etapa, american dream resulta un excelente portal de acceso al resto de su discografía. Su grandeza queda patente a través de un estilo que se come a cualquier referencia (incluida la de Bowie), que atrae esencias musicales variadas e increíblemente compatibles como si fuera un imán. Así, su abanico de sonidos queda vertebrado manteniendo su vocación centrífuga, alcanzando cotas de dilatación y espacialidad como las de american dream por un lado, y por otro derivas más clubbers como las de other voices o la segunda mitad de how do you sleep?, tema dedicado a su antigua amistad con Tim Goldsworthy y a su posterior deterioro. Otra decepción más.

Desde el crudo punk electrónico de sintes de tonite hasta el planteamiento indierock al estilo carismático de Pixies de call the police, pasando por el topping guitarrístico St. Vincentiano de change yr mind, y bordeando el regusto post-punk seminal ochentero de Joy Division en emotional haircut, i used to, black screen e, incluso, en oh baby, el álbum no pierde en ningún momento el rastro de coherencia pese a su extensa duración, de más de una hora. No hay divagación alguna.

Tirando de equidistancia con respecto a su pasado, y tratando de ser lo más optimista posible, podemos asegurar que LCD Soundsystem han ganado puntos en su estatus de banda de culto con su cuarto álbum. Al igual que ha ocurrido, por ejemplo, con Slowdive o My Bloody Valentine, haberse descontextualizado les ha servido para corroborar sus respectivas figuras artísticas más allá de las fronteras de sus estilos y temporalidades. O dicho de otra forma: fue fácil sucumbir al encanto de los de Murphy cuando el contexto sociocultural y (por qué no decirlo) la moda lo pedían a gritos. Pero ahora, años después, escupida mucha literatura –para bien y para mal– sobre ellos, LCD Soundsystem han demostrado que están preparados para dar un último salto: el de convertirse en una banda de culto intergeneracional.

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