La película de la semana: The Disaster Artist
Concha de Oro de la 65 edición del Festival de San Sebastián
Termina el año con el estreno de una de las cintas que más han dado que hablar en 2017.
The Disaster Artist fue un proyecto apasionante para James Franco , quien sintió que la obra era como una combinación de Boogie Nights y The Master. Inicialmente, su protagonista real, Tommy Wiseau esperaba que Johnny Depp – quien, con tan buena fortuna, ya había intepretado a otro director maldito como fue Ed Wood en 1994 – lo retratara en la película, pero finalmente aceptó que el papel lo hiciera el propio Franco. James Franco estaba desde el primer momento convencido a querer interpretarlo, al igual que del papel que ya tenía asignado a su hermano. En su estreno, Franco recibió todo tipo de elogios, impresionados por la forma en que se transformó en su papel. Además, The Disaster Artist es la primera vez que en la que James trabaja con su hermano, Dave, en una película. A24, el estudio independiente, conocido por las ganadoras de Óscar, Room y Moonlight, la distribuye en su país por lo que es posible que de la sorpresa en la candidaturas al Oscar. De momento ya tiene dos nominaciones en los Globos de Oro: mejor comedia y mejor actor.
El argumento se centra en Greg Sestero, un aspirante a actor de cine, que conoce al extraño y misterioso Tommy Wiseau en una clase de actuación, entablan amistad y viajan a Hollywood para hacer sus sueños realidad. La película está basada en el libro del mismo nombre de Sestero, que narra la creación de la infame película de Wiseau The Room, presumiblemente, según el propio Franco ha comentado «como la nueva Rocky Horror Picture Show», aunque quedó como la «Ciudadano Kane de las películas malas.»
El eje del filme, según el propio director, se basa en tres misterios que rodean a Wiseau: de dónde es, porque aunque su acento le delata claramente como de alguna zona de Europa del Este, él afirma que es de Nueva Orleans y 100% americano. Qué edad tiene, porque probablemente tenía 40 o 50 años cuando hizo The Room, aunque según él, tenía alrededor de 20. Y, finalmente, de dónde sacó su dinero, porque pagó todo y fueron 6 millones de $.
Los críticos han comentado que The Disaster Artist es sincera y conmovedora en su enfoque- superada esa fase anecdótica en la que The Room se encuadra en la historia del cine- y convirtiéndola en una historia sobre el cumplimiento de sueños y la realización de aspiraciones profesionales. Aunque no todos están de acuerdo con esa visión, como The New York Times, ya que según el rotativo The Disaster Artist «es divertida, pero su brío también puede parecer exagerado, a veces simplista y un poco esquivo». Para Washington Post «esta comedia dulce, cariñosa (y despreocupadamente leve) es un homenaje muy raro a la inofensiva e hilarante incompetencia, en un tiempo en que existe tanto daño a nuestro alrededor. Si bien no está a la altura de Ed Wood (…) no deja de ser una distracción muy necesaria». Para Movie Nation «es más inteligente que brillante, se burla más respetuosamente que afectivamente, y nos permite dar un paso atrás y considerar la inteligencia de toda la empresa: arrojar legiones de estrellas y mucho dinero de Hollywood en una película sobre hacer una mala -aunque no la «peor que se haya hecho»- película».