La película de la semana: El pastor
Tercer largometraje de Jonathan Cenzual Burley (Salamanca, 1980).
Salamanca, Monterrubio y la Armuña, el paisaje de la meseta castellana, forman parte de las diferentes localizaciones de la cinta. El Pastor tuvo su Premier Mundial en el Festival de Cine de Montreal, y fue galardonado con los premios a mejor película, mejor director y mejor actor para Miguel Martin en el Festival de Raindance en Londres y mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Bruselas.El proceso de financiación de la película, además de los cauces tradicionales, ha contado con el apoyo de una campaña de crowfounding a través de las redes sociales.
Escritores como Azorín, Machado o Unamuno hicieron de la austera y sobria Castilla un símbolo plástico, también ético; para ellos era la más alta expresión espiritual de su país. A ese paisaje mítico, pero a la vez auténtico, de llanuras áridas y polvorientas, donde el aire es seco y puro, pertenece el solitario Anselmo, un pastor que vive modesta, pero apaciblemente en una casa de un pueblo del interior de España, un ambiente lo suficientemente bucólico para él como para ignorar las ofertas que le llegan para comprar su terreno…
Para Hollywood Reporter «animada por una intensa actuación central de Miguel Martín, la película es parte drama rural, parte crítica social y parte homenaje a los duros paisajes del centro de España; su ambición de bajo presupuesto no pretende más que contar su historia menor de forma efectiva. Misión cumplida.» Si, por un lado, The Guardian resalta que «hay una destreza admirable en el uso del sonido, la música y la luz (…)», Empire destaca que si «Jean Renoir decía en La Règle du Jeu que lo horrible de la vida es que «todo el mundo tiene sus razones», Jonathan Cenzual Burley revela la validez duradera de la máxima en este conmovedor estudio…» Para Time Out London «[Un] drama español pequeño pero poderoso (…) Un estudio atento sobre lo que los seres humanos son capaces de hacer y coger de otros (…)» y Daily Express lo define como «fino drama lírico que se dirige hacia el melodrama pero te absorbe hasta el final.»