20 años sin Jeff Buckley
Jeff Buckley murió en un trágico accidente, ahogado en un río en Memphis ,el 29 de mayo de 1997.
Nacido el 17 de noviembre de 1966, Jeff Buckley trabajó durante varios años como guitarrista de sesión en Los Ángeles. Moviéndose a la ciudad de Nueva York a principios de los 90, le gustaba tocar en lugares pequeños, notablemente en el Sin-é en el East Village. Su repertorio incorporaba folk, rock, R & B, blues y jazz. Sus ídolos: Van Morrison, Dylan, Nina Simone, Robert Plant. Aunque su «puesta de largo» fue en un concierto homenaje a su padre, Greetings from Tim Buckley, su primera grabación comercial eran cuatro canciones grabadas en aquel local, el EP Live At Sin-é, lanzado en diciembre de 1993 en Columbia Records.
En el momento de aquella edición, durante el otoño de 1993, Buckley ya había entrado en el estudio con Mick Grondahl (bajo), Matt Johnson (batería), y el productor Andy Wallace y había grabado siete canciones originales (incluyendo Grace y Last Goodbye) con tres versiones (entre ellas Hallelujah de Leonard Cohen y Corpus Christi Carol de Benjamin Britten) que incluiría en su álbum de debut Grace. Curiosamente, la edición de su ópera prima- en agosto de 1994- le pilló en una gira europea. Probablemente por eso el interés por su música prácticamente fue más intenso todavía en Europa. Así, en abril de 1995 se anunció que Grace de Jeff Buckley había ganado el prestigioso Gran Prix International Du Disque – Academie Charles CROS – 1995, un premio otorgado por un jurado de productores, periodistas y profesionales de la industria de la música. Francia también otorgó a Buckley una certificación de disco de oro para Grace.
En los años transcurridos desde la muerte de Buckley, su legado sigue creciendo. Su base de fans incluye leyendas del rock, nuevos artistas, seguidores leales y una nueva generación de amantes de la música. El único álbum de estudio de Jeff en su vida, Grace, perdura.
«Las palabras son realmente hermosas, pero son limitadas. Las palabras son muy masculinas, muy estructuradas. Pero la voz es un mundo más oscuro, la oscuridad, donde no hay nada para aferrarse. La voz proviene de una parte de ti que sólo sabe, expresa y es. Necesito habitar cada parte de la letra, o de lo contrario, no puedo llevar la canción a ti. De lo contrario, son sólo palabras»