[Crónica] Granada Sound (23/09/16)
Éxito absoluto el cosechado por la quinta edición del Granada Sound. Según la organización, unas 25000 personas por día se acercaron al recinto situado en Cortijo del Conde, por donde pasaron cuarenta bandas durante las dos jornadas de festival. Este año la música en directo también inundó distintos puntos de la ciudad. Bajo el lema Granada, ciudad del rock, se han podido disfrutar de conciertos en lugares como El Bar de Eric o Discos Bora Bora, dentro de una iniciativa que parece ir fortaleciéndose con el paso de los meses.
Granada Sound abrió sus puertas a las cuatro de la tarde, dando la bienvenida al otoño y a los primeros asistentes con treinta y un grados, espléndido sol y cerveza gratuita durante la primera hora. Fueron Nixon quienes principiaron el festival en el escenario Negrita. Media hora después, Mucho estrenaban el escenario Inside con una «mandanga cósmica” que en su segundo disco, Pidiendo en las puertas del infierno, ha cedido protagonismo a los sintetizadores y los notables falsetes de Martí Perarnau. Todo ello queda registrado en una incontestable Nuevas ruinas que terminó de espabilar a un público que aún no pagaba por sus cervezas más allá del vaso reutilizable. Además de los dos grandes escenarios se instaló un tercero, denominado Undërwood, donde se podían vigilar propuestas escritas en letra pequeña -¡de momento!- como Rey Chico, Harakiri Beach o Apartamentos Acapulco.
Hubo gran algarabía durante la actuación de Carmen Boza, que continúa presentando su último trabajo hasta el momento, La mansión de los espejos, y en cuyo repertorio coló una versión del This mess we’re in que reuniera a PJ Harvey y Thom Yorke a comienzos de siglo. Sr. Chinarro volvió a demostrar lo bien que le sienta la compañía de los jóvenes Pajaro Jack sobre los escenarios pese a cierta desgana, tal vez cansancio, mostrada por el propio Luque durante su actuación. Los catalanes Manel, plenamente conscientes de dónde se encontraban y del público que tenían en frente, ofrecieron su cara más desenfadada. Por otro lado, es asombroso el cambio experimentado por Anni B Sweet desde sus comienzos. Sorprende, tras verla después de algunos años, su desenvoltura, como disfraza una enorme timidez que, suponemos, no puede haber desaparecido del todo. Hacia el final cantó Religión junto a integrantes de Lori Meyers, confirmando que su futuro salto al castellano le sentará la mar de bien.
Si las distorsiones nocturnas las puso Neuman y su ejército de guitarras -especialmente celebradas fueron Hell, Turn it o la vitamínica Bye fear/hi love-, la sarta de éxitos corrió a cargo de Amaral. Con el mejor sonido del viernes, los zaragozanos parecían que se encontraban ante las últimas horas de su vida. No dejaron nada para otra ocasión. Hacia lo salvaje, El Universo sobre mí, Sin ti no soy nada, Moriría por vos o Cómo hablar sonaron frescas e inmaculadas entre un público ya entregado a la noche, a los besos, a la cerveza. También a la música. La fiesta continuó con Fuel Fandango y unos León Benavente de los que solo podemos corroborar todo lo que se puede leer por ahí sobre ellos: es su gran momento y lo están aprovechando. Tienen mimbres más que suficientes en forma de canciones que llegan a los oyentes con cierta inmediatez. No suelen defraudar, pero en un escenario grande, al aire libre y ante una explanada desbordada se antojan imbatibles a día de hoy.
Foto de Amaral (portada) y Mucho: Nerea Coll (@NereaColl_Photo)
Foto de Neuman: Rafa Marchena (@MrHiperbole)