La película de la semana: La bruja
Este fin de semana se estrena la ópera prima de Robert Eggers, premio a mejor dirección en Sundance.
The Witch nos lleva a la Nueva Inglaterra del siglo XVII. Estamos en 1640. Una de las hijas de la familia de cinco hermanos de una familia de colonos, la adolescente Thomasin (Anya Taylor-Joy), es acusada de brujería tras la desaparición del menor de los chicos…Eggers es un especialista en obras para los escenarios teatrales, como Hamlet o Fausto y, tras la gran acogida de su debut, actualmente se encuentra trabajando junto a Studio 8 en Nosferatu, un remake del dirigido por F.W. Murnau en 1922. También tiene dos proyectos en marcha: la película medieval The Knight y una miniserie sobre la figura del místico ruso Rasputin.
Su experiencia teatral es apreciada por la crítica en el resultado de la ambientación de La Bruja. Asi, para Entertainment Weekly «lo que hace que este pequeño cuento popular de magian negra sea tan escalofriantemente espeluznante es su sentido evocador de tiempo y lugar». Wall Street Journal enfatiza lo dificil que resulta evitar los tópicos del género:«Si la psicodinámica de la historia suena familiar, Eggers hace que nos parezcan recién descubierta. La intensidad de su escritura y la dirección, así como la austeridad misteriosa de la cinematografía de Jarin Blaschke, el diseño de producción de Craig Lathrop y la música de Mark Korven, conspiran para crear una película de originalidad excepcional». Para New York Post «es una pequeña joya espeluznante, y sus metáforas permanecerán mucho tiempo después de dejar el cine». Una metáfora que para Variety no lo es tanto:«Robert Eggers camina por una delicada línea entre la ambigüedad inquietante y el completo terror sobrenatural, pero no deja ninguna duda acerca de la mano peligrosamente opresiva que el cristianismo ejerce sobre algunos rincones oscuros de la psique puritana». En ese sentido, para The New Yorker «es una película de miedo y también una película seria, porque nos atrae a las mentes y los dominios terrestres de los que están, a su vez, asustados, noche y día, porque han perdido la misericordia de Dios. Se necesita una película original para recordarnos el pecado original». The Guardian recuerda, por tanto, que, a pesar de ubicarla dentro del género de terror, es mejor guardar las palomitas:«Esta película seguramente puede ser demasiado lenta y detallista para ser el próximo bombazo del cine de terror, pero su enfoque en la trama es lo que la eleva a algo cerca de la grandeza».