La nueva cinta de Ridley Scott, que recaudó en su primer fin de semana en EUU 55 millones de dólares, se estrena este fin de semana en nuestro país.
Aunque el papel protagonista de la cinta es para Matt Damon, lo cierto es que repartidos por el espacio papeles secundarios de renombre, tanto en Marte como en la Tierra. Así, tenemos a Jessica Chastain, Kate Mara, Sebastian Stan, Michael Peña y Aksel Hennie en la nave y a Sean Bean, Mackenzie Davis, Donald Glover, Kristen Wiig, Chiwetel Ejiofor y Jeff Daniels coordinando la misión de la NASA desde la Tierra.
La cinta, basada en el libro de Andy Weir- ya hablamos de él cuando se publicó el pasado año en ediciones b- cuenta con el guión de Drew Goddard (La cabaña en el bosque, Daredevil). En un reciente artículo de la propia NASA, la compañía ha enumerado cada una- un total de nueve- de las tecnologías que, a día de hoy, usa en sus expediciones y aparecen en la novela/película, y que no repetimos aquí, por no destripar el argumento.
Para Washington Post lo que le resulta tan fascinante de la película es que «se centra en la solución de los problemas, y su solucionador- jefe, atrapado en Marte, se las arregla para ser tan divertido, interesante e infaliblemente agradable que usted se mete en situación en todo momento». Para New York Magazine «El marciano está diseñado, rodado, informatizado y guionizado con un nivel tal que hace que la mayoría de las películas de su estilo parezcan descuidadas. Scott y su guionista Drew Goddard no están tratando de hacer una «película importante» de ciencia-ficción como Interestelar. Su objetivo es menor, pero pasa dejando su huella». Para New York Times «la cualidad de «hombre cualquiera» del sr. Damon -él es nuestro Jimmy Stewart- ayuda a escalar la historia desde abajo, pero lo que hace personal a esta cinta épica es el cine del Sr. Scott, en el que cada plano aéreo del planeta rojo es contestado con el paisaje íntimo de un rostro». Por último, The A.V.Club concluye que «en su corazón, El marciano es una celebración sin disculpas de nuestra agitada capacidad, como especie, para resolver incluso los problemas más difíciles a través de pensamiento racional, paso a paso».
