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Los libros de la semana

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Esta semana entre los libros más vendidos en ficción encontramos la entrada de Todo lo que hay (Salamandra) de James Salter y Kassel no invita a la lógica (Seix Barral) de Enrique Vila-Matas. En no ficción entra La agonia de Eros (Herder) de Byung-Chul Han, segundo libro en la lista del pensador coreano afincado en Berlín. En poesía destacamos la entrada de Poesía Reunida (Lumen) de Philip Larkin. Y, por último, como era de esperar, esta semana se ha situado en el primer lugar de los libros de bolsillo Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

la caza de los intelectualesEn cuanto a las novedades, La caza de los intelectuales (Planeta) de César Antonio Molina. Francis Bacon advirtió de que los hombres que han alcanzado altas posiciones acaban siendo  extraños a sí mismos. Consideraba que a la ardua ascensión de los poderosos seguía inevitablemente un eclipse que derivaba en «cosa melancólica», pues resulta muy  difícil resignarse a la vida privada y al retiro. Montaigne confesaba en sus ensayos que en su  dedicación a los otros, a la política, no pudo evitar apartarse de sí mismo. ¿Por qué tantos hombres de sabiduría se han metido en política?, se pregunta el autor,  en clara alusión a su propia experiencia.Casi todos los intelectuales han fracasado en este empeño: Platón frente a la Corte de Dionisio II en Siracusa; Aristóteles frente a Alejandro; Cicerón frente a Marco Antonio; los intelectuales que sostuvieron la Segunda República frente a la barbarie fascista y los estalinistas.

Pero a pesar de la plena dedicación al servicio público como un deber hacia los demás,  debe primar una exigente alerta con el fin de no perder la autonomía de acción, la libertad  de opinión y la capacidad de retirarse en cualquier momento para cuidar del alma y de sí  mismo. Este volumen recorre algunos de los momentos clave de la historia de la difícil relación entre el poder y la cultura, ofreciendo un análisis equilibrado, incisivo, valiente y esclarecedor. Supone una reivindicación clara de lo que nunca debiéramos dejarnos arrebatar, guiada por la convicción de que es precisamente en la educación y la cultura donde residen las únicas garantías del nuevo e indispensable renacimiento.

Las sillas están donde la gente va. Cómo vivir, trabajar y jugar enlas sillas estan la ciudad (Alpha Decay).

de Misha Glouberman y Sheila Heti y traducción de Ricardo García Pérez.¿Cómo deberían comportarse los vecinos? ¿Llevar traje es un buen sistema para dejar de fumar? ¿Por qué piensa la gente que si haces una cosa, estás en contra de otra? ¿Es una trampa la monogamia? ¿Por qué convertir la ciudad en un sitio más divertido para ti y tus amigos no es un objetivo político muy noble? ¿Por qué los ordenadores sólo duran tres años? ¿Cuán a menudo deberías ver a tus padres? ¿Cómo deberíamos comportarnos en las fiestas? ¿Casarse es cada vez más fácil? ¿Qué nos revela el correo basura acerca del mundo? La colaboradora y amiga de Misha Glouberman, Sheila Heti, quería que su nuevo libro fuera una compilación de todo lo que Misha sabía. Juntos, redactaron una lista de temas. A medida que Misha hablaba, Sheila tecleaba. Misha habló de juegos, relaciones, ciudades, negociaciones, la improvisación, Casablanca, conferencias y trabar amistades. Sus temas fluctuaban de lo sublime a lo ridículo. Pero de pronto, lo que había parecido trivial empezó a parecer importante –y lo que había parecido importante empezó a parecerlo menos–. Las sillas están donde la gente va es un libro ameno, atractivo y profundo. Un volumen de autoayuda para gente que no tiene necesidad de ningún tipo de ayuda, y un libro how-to que te urge a hacer cosas que realmente no necesitas hacer.
«Una gloriosa colección de ensayos… profundamente moderna y también entrañable.» The Los Angeles Times. Seleccionada por The New Yorker como uno de los mejores libros de no-ficción del 2011.

SkagboysSkagboys (Anagrama) de Irvine Welsh.Edimburgo, inicios de la década de los ochenta. Margaret Thatcher aplica sus recetas de dama de hierro en Gran Bretaña y estallan las huelgas mineras, el paro crece a un ritmo enloquecido y la gente se pregunta qué demonios le está pasando al país. Y por si la situación no fuese ya suficientemente complicada para las cada vez más empobrecidas clases trabajadoras urbanas, la heroína y el sida empiezan a circular masiva y descontroladamente por las calles.
Y allí están Renton, Spud Murphy, Sick Boy, Begbie…, los personajes de Trainspotting, unos años antes de convertirse en los protagonistas de esa novela que supuso el deslumbrante debut literario de Irvine Welsh. En esta precuela igualmente arrolladora y feroz, pero más cargada de conciencia política y crítica social, el autor pinta un fresco demoledor de un país conducido al desastre por las salvajes políticas neoliberales y de una generación devastada por la heroína.

Renton, que se siente orgulloso de ser el primer miembro de su familia que accede a la universidad y mantiene una relación estable con su novia, parece encauzado hacia un futuro prometedor y feliz; pero cuando muere su hermano deficiente se desmorona, rompe con su chica y se sumerge en el submundo de los opiáceos inyectables. Spud pierde su trabajo en una empresa de mudanzas y su estabilidad salta en mil pedazos. Sick Boy crece en un protector y opresor universo femenino como un niño mimado y acabará convertido en el supremo manipulador del sexo opuesto. Y Begbie puede parecer un chico listo que sabe moverse en las calles, pero su carácter extremadamente agresivo e impredecible deja intuir que su mente es la de un psicópata…

«Tiene la vocación de construir una épica social digna de Dickens. Cuenta, intermitentemente, la historia de las clases bajas en el periodo thatcheriano y cómo el hundimiento de los sindicatos, el desempleo masivo y el desmoronamiento de la red de protección social, combinado con el fácil acceso a los opiáceos baratos, hizo descarrilar a una generación de jóvenes inquietos» (The New York Times).

Artistas sin obra (Acantilado) de Jean-Yves Jouannais. Cuando apareció enArtistas sin obra 1997, Artistas sin obra se reveló como un ensayo deslumbrante. En él, Jouannais nos presenta trayectorias desconocidas, virtuales, inacabadas o abandonadas (algunas de ellas, como la de Félicien Marbœuf, creaciones a su vez de Jouannais), cuyas sombras se hacen presentes en los márgenes de la literatura. Este libro nos dibuja un panorama que pone en entredicho, insidiosamente, nuestras más arraigadas certidumbres estéticas.

“El ensayo aparece oportunamente prologado por Enrique Vila-Matas, quien expone aquí su ya conocida fascinación hacia esa narratividad formada por alusiones y referencias, más que por textos publicados. Es el anuncio de lo que Jouannais desarrollará en las páginas siguientes con rigor expositivo y amena metodología teórica. Jouannais repasa una variada tipología de rarezas autoriales. Un conjunto de apócrifas anécdotas, extravagantes biografías y desconcertantes experiencias compone la esencia de una literatura vagamente referencial a cargo de unos visionarios, heterodoxos, mistificadores, geniales autores sin obra, aunque sobrados de arte y sensibilidad”. Jesús Ferrer, La Razón

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