Se estrena la despedida de Hayao Miyazaki, ‘El viento se levanta’: primeras impresiones
El considerado como el «Walt Disney japonés» anunció en septiembre del año pasado su retirada. Antes, estrena en nuestro país su última cinta, El viento se levanta.
El director de películas emblemáticas como El viaje de Chihiro-Oso de Oro de la Berlinale y Oscar a mejor película animada en 2002- La princesa Mononoke o El castillo ambulante o Ponyo en el acantilado -estas dos últimas también nominadas al Oscar a la mejor película animada- y creador del mítico Studio Ghibli estrena ahora su película, nominada al Oscar a la Mejor Película de Animación, y pasó por el Festival de Venecia, el Festival de San Sebastián, el Festival de Nueva York y el Festival de Sitges.
En este último filme narra la historia de Jiro Horikoshi, el hombre que diseñó varios de los cazas japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, y cómo su trabajo choca frontalmente con su espíritu sensible y apasionado. Todo ello con el trasfondo de la emocionante historia de amor que le mantuvo al lado de su mujer en los peores momentos de sus vidas.
Wall Street Journal afirma que «lo que se ve tras la pantalla es una hermosa caja de sorpresas de conceptos: el amor ardiente, un guiño a La montaña mágica de Thomas Mann, un poco de Camille y mucho – me refiero a un montón – de tuercas y tornillos» .Washington Post pone el acento en uno de los puntos claves de la película, y en general en una de las peculiaridades de la cinematografía del director: «De los muchos regalos de Miyazaki como cineasta, tal vez el más sutil es la forma en que honra el tiempo, el silencio y la quietud, valores que lamentablemente se echan en falta en la mayoría de las producciones de hoy en día». Para Time «puede ser un final atrevido de la carrera de un gran artista. Pero Miyazaki ya se ha retirado antes, después de la Princesa Mononoke en 1997, y años más tarde volvió a hacer cuatro maravillas más, incluyendo ésta, que va a enriquecer enormemente su legado. La nueva película no revela ningún indicio de abandono de su energía, ningún rastro de senilidad: es vigorosa, sutil, de temática atrevida y visualmente hermosa. Así que puede ser que su retiro sea una breve capricho oscuro – y que salga de su Museo Ghibli para crear más obras maestras». En definitva, para Salon.com es «una obra de gran misterio y perplejidad, llena de imágenes inolvidables, espectaculares barridos de color anidados, significados ocultos. Se siente como una épica de meditación sobre el traumático viaje de Japón a la modernidad, y una alegoría complicado sobre la inocencia, la arrogancia y la culpabilidad de los artistas. Es una de las más bellas películas de animación que se han hecho, y algo cercano a una obra maestra».