El genio de los efectos especiales y animador ha fallecido en Londres a los 92 años.
Durante sus más de cinco décadas de trabajo se encargó de los revolucionarios efectos de películas que hicieron disfrutar a varias generaciones como Los viajes de Gulliver (1960), La isla misteriosa (1961), Jasón y los argonautas (1963) o Furia de titanes (1981), donde Harryhausen daba vida a todo tipo de monstruos mitológicos.
«El genio de Harryhausen residía en lograr dar vida a sus modelos de animación. Ya fueran dinosaurios prehistóricos o criaturas mitológicas, en las manos de Ray no eran marionetas sino personajes de pleno derecho, tan importantes como los actores a los que se enfrentaban y en algunos casos incluso más aún», ha recordado la familia del cineasta.
Ganador de un Oscar honorífico en 1992 y poseedor de una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, su trabajo influyó en la carrera de directores como Steven Spielberg, James Cameron, Peter Jackson y George Lucas.
Un grande. Un verdadero creador -desde su visión «artesana»- de imágenes memorables, en la tradición de los mejores pioneros del cine.