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Sixtynine Million Inches – Wet your whistle

Sixtynine Million Inches son unos chicos que, desde Madrid, nos traen un sonido alt-country surgido bajo la influencia directa de Jayhawks, Wilco o, sobre todo, Calexico. Así de primeras la cosa suena emocionante. La pena es que en esta ocasión la profesionalidad y el sonido limpio sacado de referentes claros han tomado el poder frente a la emoción. Porque la banda no tiene problemas dominando los instrumentos, y tampoco es que no sepan escribir buenos temas, pero simplemente son un grupo más. Sus supuestas novedades parecen estar en un abuso de sonoridades propias de Morricone y en un exceso de influencias debidas a los ya mencionados Calexico.

Con esos ingredientes queda claro que la falta de personalidad se convierte en protagonista durante la mayor parte de las canciones. Siendo serios con el asunto, si en lugar de ser madrileños proviniesen del Hogar de los Valientes (los Estados Unidos, vaya), posiblemente nunca oyésemos hablar de ellos, al estar sumergidos en una escena tan amplia como interesante donde no destacarían. Y todo ello pese a que en momentos como Also know as amenacen con ganar fuerza. Pero en lugar de explotar esa vena más pop caen constantemente en registros más relajados como los que abren el disco con Sparkling grace. Ahí es donde más se nota el empacho de cintas del oeste italianas que deben haber sufrido los compositores del grupo, tendencia que queda igualmente clara en su continuadora The story of a man with two brides.

Y una vez tomadas esas coordenadas no se puede esperar nada nuevo en todo el trabajo; tan sólo pequeños giros no demasiado bruscos del camino, enterrados en una continua sensación de déjà vu. Sólamente parecen insinuar su propia senda en el mejor corte, una Two rocking chairs que sí parece asomarse a los Tindersticks desde la perspectiva alt-country, al modo de unos The Devastations más relajados. Pero apenas son algo más de cuatro minutos dentro de un conjunto que raramente reclama nuestra atención y que suena a manido desde los primeros acordes. Wet your whistle (Junk Records, 2005) se erige finalmente en un viaje por el oeste americano bastante descafeinado, donde no paramos de pensar en los grupos que seguramente hicieron que estos chicos de Madrid se decantaran por el alt-country a la hora de tomar sus guitarras. De momento están lejos de sus modelos, aunque apunten maneras.

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