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Art Brut – It’s a bit complicated

No, no están en ninguna lista de lo mejor del año. Pero no es porque no se lo merezcan, sino porque tienen un defecto fatal para la crítica musical establecida: son graciosos. Son genuinos ingleses graciosos, positivos y sin pelos en la lengua. Benditos defectos que sufren unos pocos grupos.

Lo mejor que se puede hacer ante este nuevo trabajo de los de Eddie Argos -ciertamente el más fantástico nombre para una estrella de rock en mucho tiempo junto al de Alex Kapranos-, es quitarse de en medio toda idea preconcebida y abandonarse al verdadero pop-rock que ofrecen. Nada es nunca más complejo de lo necesario, no hay momentos para lucimientos musicales, pero tampoco para el aburrimiento. Todo es rápido, efectivo y divertido. Un subidón, vamos.

Y además tienen un arma secreta, que es el propio Argos y su capacidad como letrista. Porque frente a todos esos sucedáneos de poetas de la cotidianeidad que se nos suelen vender (aquéllos que si hablan de meter libros en cajas para hacer una mudanza parece que ya han descubierto El Dorado), el solista de Art Brut demuestra una capacidad insuperable para hablar de la realidad sin necesidad de creerse profundo. Ni siquiera hablando del amor en la pegadiza People in love cae en la sensiblería fácil, y en su lugar nos viene a decir que lo que necesitamos tras un desengaño es un par de semanas de borrachera con los amigos y ya seremos de nuevo los de siempre. Tan simplista como cierto, señores.

Y todas, absolutamente todas las canciones del disco mantienen ese discurso realista pero jocoso. Tanto hablando de escaquearnos con disculpas para llegar más tarde en la magistral Blame it on the trains como pintando el fresco de una noche de juerga cualquiera en Direct hit. El mundo en que se mueve Argos es el nuestro pasado por el único tamiz de su sentido del humor y su perspicacia. Sacando punta a cualquier situación es como consigue sus mayores logros, como la historia de ese ser incapaz de pegar ojo que se siente obligado a pasar toda la noche en la cama con su pareja, simplemente porque puede que su ex no la dejase dormir gracias a sus artes amatorias. Y él no puede ser menos, claro. Tan cierto que es imposible no sonreír.

Así pues, toca rendirse ante un grupo como Art Brut, que huye del dramatismo gratuito y abraza la alegría de vivir de la mano de uno de los letristas más dotados de la actualidad. A la espera de que Franz Ferdinand sigan en forma no debe haber mejor disco a día de hoy para una buena noche de juerga con los amigos que este It’s a bit complicated (Mute Records, 2007).

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