Xiu Xiu – Fabulous muscles
Escuchando su primer disco, Knife play (2002), nadie diría que podrían firmar algo como I luv the valley, o quizás sí. Han pasado (o lo están haciendo) de ser inaccesibles, grotescos, exagerados o sobreactuados, a serlo menos. Porque eso tampoco es tan malo cuando se trata de expresar sentimientos.
En A promise (2003), van de la cordura a la locura sónica con solo apretar un botón. O también transforman la realidad y nuestra percepción para con la vieja lógica, y nos sumergen en un universo lleno de fantasía y genialidad en Sax redux-o-grapher. ¿Qué se puede esperar después de contemplar las múltiples personalidades de este grupo? Pues la verdad es que cualquier cosa.
Llegados pues a este 2004, que se presenta caótico ya desde sus inicios, Xiu Xiu nos vuelven a sorprender en el mejor sentido posible. Y nos presentan su opción, no sé si de evasión o de espejo de la realidad. En Crank heart ya se empiezan a abrir más y mejor, y a cada paso que dan, a cada segundo, nos damos cuenta que a lo mejor los raros no son ellos. Y como unos The Cure sin complejos, el segundo corte del disco, ya antes mencionado, avanza como un hueso duro de roer contra escepticidades o remilgos absurdos. Little Panda McElroy puede servir de ejemplo para muchos grupos a lo Radiohead, en cuanto a experimentación se refiere. Otra muestra del mundo enfermizo en el que habitamos es Support our troops Oh! (black angels Oh!), con su desconcertante desarrollo interno y su explícito mensaje sonoro.
Cada canción, minuto e instante del disco es un clarísimo ejemplo de lo que es estar predestinado a crear y a no dejar indiferentes a los demás haciendo música. Si le quitamos pues la capa superficial (que cada vez es más fina) y borramos nuestras viejas creencias, podemos llegar a percibir la genialidad que esconde Xiu Xiu. Está claro que este grupo, le pese a quien le pese, se abre camino a golpe de locura, valor y sentimiento. Del de verdad. Esperemos que tengan su propio hueco reservado en la música popular.