Conviene deleitarse con este disco sin recibir demasiada información. Solamente dejarse envolver por las doce canciones de las que está compuesto este debut: «Queríamos que la gente lo escuchase con los auriculares puestos y se sintiese como si estuvieran inmersos en estos lugares«. El dúo de Seattle, formado por Kristian Garrard y Luke Bergman, consigue, con apenas dos voces, dos guitarras y una variedad de sonidos ambientales (el mar, las hojas, la brisa susurrando a través de las ramas de los árboles), componer un disco acústico realmente admirable, que bebe de unas influencias claras de Simon & Garfunkel o Crosby, Stills & Nash. Doce canciones, grabadas en una sola toma en diferentes escenarios (las playas de Oregón, una granja abandonada al este de Washington), que lograrán que, al menos durante 42 minutos y 77 segundos, puedas aislarte de realidades menos gratificantes.
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