Es difícil que bajo uno de los mejores títulos de este año encontremos un mal disco. Kurt Vile se ha vestido su traje de domingo para su cuarto trabajo: producción de lujo a cargo de John Agnello, que asegura que han dejado las mejores canciones para un futuro EP. Veremos. El joven músico de Filadelfia continúa con esa asombrosa capacidad de crear atmósferas con riffs de guitarra y terminar de dibujarlas con su voz (Jesus fever), mucho más nítida que en anteriores trabajos, con filigranas vocales de artesanía (Baby’s arms, In my time) herederas del mismo Bob Dylan. Letras revestidas del color gris de su portada (“I don’t want to change but I don’t want to stay the same” dice en Peeping Tomboy) y canciones (On tour, Society is my friend) que, definitivamente, hacen de Smoke ring for my halo su disco más completo hasta la fecha.
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