Gran ambiente en la Sala Vivero para recibir a Standstill, que llegaban a Málaga para presentar Adelante Bonaparte (Buena Suerte, 2010), un álbum que dista notablemente, al menos en apariencia, del anterior Vivalaguerra (Buena Suerte / Pias, 2006). Y decimos en apariencia ya que las canciones que componen ambos discos casan perfectamente encima del escenario. Parece tarea harto complicada la de encontrar alguna fisura en el cada vez más consolidado discurso de Enric Montefusco y los suyos. Es indiferente que revoloteen por Todos en pie (prefacio) o El resplandor –referencias ambas de su último trabajo-, para luego planear sobre piezas trepidantes firmadas en cursos anteriores como La mirada de los mil metros o ¿Por qué me llamas a estas horas? –que provocaron la catarsis colectiva-. Da lo mismo, decimos: ni rastro de grietas en ese muro compacto construido alrededor de una fuente de tensión inagotable a la que saben recurrir con acierto cuando la ocasión así lo requiere. Siguen en vena(zo).
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