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Havalina Blu – A woman or two

Tras varios trabajos autoproducidos –Uncoloured songs (2003) y From bed to bed (2005)-, al fin podemos escuchar el primer disco de estudio de Havalina Blu: A woman or two (Junk Records, 2006). Una fantástica oportunidad para comprobar cómo se desenvuelven con más medios los componentes de uno de los grupos punteros de la escena madrileña, y podemos dar fe de que han sabido sacarle partido. Basta con escuchar cómo han evolucionado Warm nights y Tom says, antiguas grabaciones pertenecientes al ya mentado Uncoloured songs, que han recibido un más que interesante lavado de cara. Así, aumentan las revoluciones de Tom says (cuya inspiración proviene de una frase del gran Tom Waits: «too much warm beer and cold women») y se alargan los desvaríos y distorsiones del tramo final de la canción. Por su parte crece el dramatismo de Warm nights -ahora sin introducción-, gracias al fantástico cello tocado por Aurora Aroca.

Pero no hace falta ser un antiguo fan de la banda para disfrutar de su sonido rock bien empastado y de sus composiciones sobre mujeres y alcohol, salpicadas de sexo por doquier. Además haciendo gala por momentos de un gran sentido del humor, como demuestra Long and thin hot wire in my heart, cuya letra -y sus geniales coros- parodia las propias creaciones del grupo: «me pregunto si estoy componiendo / otra canción sin contenido / porque soy un borracho sin remordimientos / y no tengo nada importante que decir».

A pesar de lo dicho, esto no parece tan ajustado si nos fijamos en los aires country de Summer is gone, el teclado tan funky de No reason to rant, o el cello de la compungida In the center of this town. También podemos hablar de Scissors and glue, el tema líricamente menos aparente del álbum y el más violento («tráeme un ángel y mutilaremos sus alas doradas»), que utiliza un interesante contraste entre la dureza de sus guitarras y su muy tarareable estribillo. Claro que no podemos obviar cómo aflora su instinto más macarra y sexual en el rock frenético de If there is no passion (enorme desarrollo guitarrero previo al final), la fluidez de Stopping the fun o la tensión y sensualidad de …and your sister.

Aunque tal vez estemos hablando de sexo cuando en realidad queramos hablar de amor. Éste es el anhelo del perdedor solitario agarrado a su botella que conocemos en el tempo lento de Cold summer nights. Y tras los finos detalles de e-bow en April comes (and I feel fine), un bello canto al amor que llega y que vivimos con intensidad, el disco se cierra con Poni, dedicada al antiguo amor que dejamos atrás y que no podemos evitar echar de menos. Mujeriegos cerveza en mano o poetas guitarra en ristre, lo único cierto es que Havalina Blu no sólo han alcanzado un gran nivel musical, sino que, siendo bastante más jóvenes de lo que parecen, todavía pueden hacernos vibrar mucho más con sus canciones. Y si es cierto la mitad de lo que cantan, posiblemente no sólo con sus canciones.

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