Se estrena The Bikeriders, la película sobre moteros que el director Jeff Nichols tenia en mente desde que tenía 25 años, cuando leyó el libro del que se basa la película.
The Bikeriders es el primer largometraje del director independiente estadounidense Jeff Nichols desde Loving (2016) y que siguió a Mud (2012) y está inspirada del libro del fotógrafo Danny Lyon (interpretado en la película por la estrella de Challengers, Mike Faist), quien entrevistó a miembros de los Outlaws en varios momentos entre 1965 y 1973. Buscando el consejo de Hunter S. Thompson, quien pasó un año con los Angeles del Infierno para su propio libro, Hell’s Angels: The Strange and Terrible Saga of the Outlaw Motorcycle Gangs, Thompson advirtió a Lyon que debería “largarse de ese club a menos que es absolutamente necesario para la acción fotográfica”. Lyon dijo sobre la respuesta de Thompson: “Me aconsejó que no me uniera a los Outlaws y que usara un casco”. Fue miembro de pleno derecho de los Outlaws entre 1966 y 1967.
Roger Corman, el legendario distribuidor y productor de películas de explotación recientemente fallecido, fue una de las figuras clave en el ascenso de la película B sobre moteros. Responsable de las primeras carreras de Martin Scorsese, Jack Nicholson y muchos otros, aprovecharía el fenómeno de taquilla de Easy Rider (1969) para hacer una gran cantidad de películas sobre bandas de motociclistas contraculturales, o incluso criminales frenéticas. Curiosamente en Reino Unido uno de los primeros ejemplos del queer cinema, unos años antes, fue The Leather Boys (1964). De esa época también destacan The Born Losers (1967) de Tom Laughlin, Hells Angels on Wheels (1969) de Richard Rush, Angel Unchained (1970) o Angels Hard as They Come (1971) de Joe Viola con un guión coescrito con Jonathan Demme. El cambio sobre la visión romántica de los grupos de moteros se produjo cuando los veteranos de Vietnam, que incorporaron drogas más duras que la marihuana, se hicieron cargo del club. El género también acabó en declive con el auge real del club de motociclistas en Estados Unidos, cuando muchos de los cuales degeneraron en crimen organizado.
A lo largo de los años, hubo muchas peticiones para llevar el libro de Lyon a la pantalla, generalmente de la televisión, pero el fotógrafo no tomó ninguna de ellas en serio. El director Nichols tenía unos 25 años cuando vio por primera vez una copia de The Bikeriders en el apartamento de Memphis de su hermano mayor, Ben, de la banda de indie-rock Lucero. Un par de años más tarde, el cantante y guitarrista lanzó una canción con el mismo nombre, cuya letra parecía arrancada de las páginas del libro. Lyon siempre se había resistido a vender los derechos de sus imágenes por miedo a dañar las fotografías, pero Nichols dejó claro desde el principio que quería ficcionalizar la historia.
Era, además, el segundo libro en EEUU que se había basado en unas grabaciones. De hecho, Jodie Comer, la actriz que interpreta a Kathy, y Boyd Holbrook, el actor que interpreta a Cal, se dedicaron a escucharlas y, como actores, lograron imitaciones perfectas de las voces de los personajes reales. El actor Austin Butler considera que el hecho que no hubiera grabaciones de Benny, su protagonista- aun incluso más rubio que él en las fotografías- fue “una bendición porque no hay nada que decir si sueno o no como Benny”, explicó en el material de prensa de la película. “Escuché muchas grabaciones diferentes de personas que hizo Danny y fueron muy útiles. Pero al final del día, se trata más bien de la esencia de Benny y de cómo eso se refleja en mi voz”.
The Bikeriders es una saga que se desarrolla a lo largo de una década, dando testimonio de los códigos cambiantes y las dinámicas de poder del mundo de los motociclistas. La película se rodó en un pequeño pueblo en las afueras de Cincinnati, un lugar que no ha cambiado mucho desde los años 50. Hablando de la inspiración detrás de la película, Nichols le dijo anteriormente a Digital Spy que la película es un “híbrido extraño”. “Yo diría que el 70 por ciento del diálogo está tomado de este libro, ciertamente del diálogo de Kathy”, explicó, pero“decir que esta historia sigue a personas reales tampoco es cierto”. Enmarcada por las entrevistas de Lyons con la esposa de Benny, Kathy Cross (Jodie Comer), Nichols llegó incluso a recrear algunas de las imágenes más emblemáticas de los Bikeriders de Lyon a lo largo de la película.
Para The Guardian “Esta película abre el acelerador de la narración con un gruñido gutural, ofreciendo el romance siniestro de un western antiguo y la emoción de un drama de mafias”. Según Wall Street Journal “no hay ningún objetivo que alcanzar ni ningún secreto que descubrir. Más bien, es una colección de viñetas extrañas y maravillosamente realizadas que nos sumergen en una forma de vida alternativa que ni glamoriza ni satiriza, sino que simplemente se esfuerza por comprender”. Para The Hollywood Reporter “lo que resuena más allá de las peleas y la sangre es un profundo afecto por las personas en pantalla: esas notas de gracia proporcionadas por un excelente elenco, con Jodie Comer y Tom Hardy agitando corrientes subterráneas que son particularmente conmovedoras precisamente porque nunca se examinan ni explican explícitamente”. Según The Telegraph “La película de Nichols ofrece una explosión mugrienta y glamorosa de machismo del inframundo del tipo que el propio Scorsese hizo una especialidad a mitad de su carrera: piense en actuaciones tremendamente carismáticas, un trabajo de cámara elegante, golpes regulares de violencia bárbara y una banda sonora increíblemente nítida”. Y para The Observer “si bien la trama real es un poco débil, esta es una pieza cinematográfica trepidantemente evocadora: está filmada en color en lugar del blanco y negro de las fotografías de Lyon, pero hay un tono cansado y manchado de cerveza en todo, como cueros que tienen arrasado sobre el asfalto demasiadas veces”.
