50 años sin Cole Porter
Un día como hoy de 1964 fallecía el músico, considerado como uno de los mejores compositores de todos los tiempos.
Los últimos años de su vida poco o nada tuvieron que ver con su época dorada. Rara vez veía a nadie, excepto los amigos íntimos. En 1960 se preparó un programa de televisión de 90 minutos en honor a él y toda una fiesta para celebrar su 70 cumpleaños en 1962, pero ya no estaba dispuesto a asistir a celebraciones. Cuando la Universidad de Yale le quiso otorgar un Premio Honorario de Doctor en Letras en 1960, Mr. Porter aceptó con la condición de que la presentación se hiciera en su apartamento.
En 1937, en pleno apogeo de su éxito, Cole Porter se había caído de un caballo y quedó prácticamente paralítico. Con todo, siguió trabajando: la banda sonora de Leave It to Me, escrita poco después de su accidente, fue compuesta mientras se encontraba casi completamente postrado en cama. Con el fin de continuar con su trabajo, él tenía su piano colocado sobre bloques para que pudiera rodar hasta el teclado en su silla de ruedas.
Su método de trabajo siempre fue poco convencional: «He compuesto mucho en las cenas, sentado entre dos taladradoras», dijo una vez. «Puedo fingir escuchar muy bien. Puedo trabajar en cualquier lugar.» Aunque no lo pareciese, era muy serio en su trabajo. Y sin embargo, la mayor parte de sus canciones fueron escritas fuera de Broadway: las partituras para canciones de Anything Goes como I Get a Kick Out of You o You’re the Top se crearon mientras estaba de crucero por el Rin. El clásico Begin the Beguine lo compuso durante un crucero por todo el mundo con el director de la obra, Moss Hart. Pero, ¿de dónde le venía la inspiración? «Toda la inspiración que siempre he necesitado ha sido una llamada del productor» solía decir.
Desde sus años de juventud vivió como un auténtico americano rico en Paris. Y también en Venecia. Dinero no le faltaba, lo había heredado de su abuelo. Y aún así, se tomaba en serio su trabajo. Entre tantas películas y canciones celebradas están Fifty Million Frenchmen en 1929 (You Do Something To Me); Wake Up and Dream también en 1929 (What Is This Thing Called Love); The New Yorkers en 1930 (Love for Sale); Gay Divorce en 1932 con Fred Astaire (Night and Day); Anything Goes con Ethel Merman, Victor Moore y William Gaxton en 1934 (You’re the Top,I Get a Kick Out of You); Jubilee en 1935 (Begin the Beguine,Just One of Those Things); Red, Hot and Blue con Miss Merman, Jimmy Durante y Bob Hope en 1936 (It’s De-lovely, Down in the Depths of the 0th Floor). Escribió también I’ve Got You Under My Skin y Easy to Love para Born to Dance en 1936; Rosalie y In the Still of the Night para Rosalie en 1937; I Concentrate on You para Broadway Melody en 1940 y You’d Be So Nice to Come Home To para Something to Shout About en 1943.
En el fondo, Cole Porter era un pragmático: no tuvo ningún reparo en dejar que Warner Bros. interpretara como quisiera su vida en el cine, ya que él entendía muy bien los beneficios económicos que le traería la película resultante: la remuneración e incalculable publicidad gratuita que pudiera generar una película biográfica hicieron que valieran la pena las distorsiones de una verdadera ficción, dirigida en 1946 por Michael Curtiz y protagonizada por Cary Grant, en la que obviaba su homosexualidad. En 1948 regresó con su mayor éxito artístico y comercial, Kiss Me Kate, que era un tratamiento musical de La fierecilla domada.
El músico, hoy por hoy uno de los más influyentes en los músicos de todos los géneros y de todas las generaciones, fue finalmente ninguneado por la Academia de Cine, que no le concedió ninguno de los premios a los que optó en vida por alguna de sus canciones: I’ve Got You Under My Skin (1937), Since I kissed my baby goodbye (1941),You´d been so nice to come home to (1944) o su mayor éxito, True love (1957). En todo caso, logró lo que pocos músicos pudieron hacer en vida: triunfar con su trabajo, vivir de él con holgura, conseguir prestigio y dejar un legado que aún pervive.