Probablemente el batería más influyente en el mundo del rock.
Keith Moon se hizo aficionado a la música surf cuando era un niño, aprendió a tocar la batería cuando era adolescente y tocó con tres bandas locales en su Wembley natal en el noroeste de Londres, los Escorts, Mark Twain y The Strangers, y The Beachcombers, antes de unirse a The Who en la primavera de 1964 después de una audición improvisada en el pub Oldfield en Greenford. Tenía 17 años. La percusión de Moon es sobresaliente en todo el álbum de debut del grupo My Generation y en varios singles de los años sesenta, especialmente Happy Jack (1966) y I Can See For Miles (1967), pero es en el álbum doble Tommy (1969) en el que sus talentos son mejor empleados. En la célebre ópera rock de Townshend, él se convierte en una orquesta por sí mismo, conduciendo a la banda junto con una inteligencia y seguridad de contacto que desafía cualquier análisis. Sin embargo, todo el mundo concluye que la mayor fortaleza de The Who fue el directo y, a finales de los años sesenta, se consideraba justificadamente como «la banda de rock más emocionante del mundo».
Con una gran variedad de percusión a su disposición, Moon adoptó un estilo peculiar en el que apuntaba con sus palos hacia abajo y, como dijo una vez John Enwtistle: «No tocaba de izquierda a derecha o de derecha a izquierda, tocaba hacia adelante. Nunca había visto a nadie tocar así antes o después». «Keith también era un showman virtuoso, jugueteando con sus baquetas entre sus dedos y lanzándolas extravagantemente en el aire y, de vez en cuando, atrapándolas cuando caían. Desarrolló una imagen en el escenario como un experto y, a menudo, improvisado, y al igual que Pete Townshend se deleitaba destrozando su equipo al final de un concierto, especialmente en los primeros días del grupo. Todo éso se convirtió, al final en un handicap, porque los abusos de drogas y alcohol hicieron mella en sus conciertos.«Keith consumía de todo… mandrax para irse a dormir, tranquilizantes de elefante. Tomaba lo que le dieran» Moon, con el tiempo, tenía fama de destruir las habitaciones de los hoteles y las de sus amigos, tirar los muebles por las ventanas, los televisores – e incluso automóviles- a las piscinas, provocar incendios y realizar otros actos destructivos alimentados con drogas y alcohol. Su estilo de vida se convirtió en sinónimo de la loca y despreocupada imagen de la estrella de rock.
En 1975 lanzó su primer álbum en solitario titulado Two Sides of the Moon, trabajo que recopilaba canciones versionadas en estilo pop. Keith Moon quería ser en este álbum más un cantante en ese álbum que batería, y, de hecho, sólo tocó en tres canciones, dejando las restantes para Ringo Starr, Curly Smith, Jim Keltner y el actor Miguel Ferrer. Regresó al Reino Unido en 1977 para tocar en Who Are You, su último trabajo grabado con The Who. Keith murió en Londres el 7 de septiembre de 1978, de una sobredosis accidental del medicamento Heminevrin, una contradicción, porque estaba prescrito para combatir el alcoholismo. «Era el más generoso, el más cruel … podía ser el más divertido, el más cariñoso, el más odioso … Todo en él era extremo» comentaba de él Roger Daltrey.