El 4 de marzo de 1986, después de un concierto de The Band en Winter Park, Florida, que se había vuelto a formar sin el guitarrista Robbie Robertson, Manuel regresó a su habitación de hotel y acabó con su vida.
Manuel era un cantante respetado por influir y colaborar en otros artistas como Eric Clapton, Van Morrison y Bob Dylan. Su habilidad en numerosos instrumentos musicales – cambiaba de piano a la batería cuando Levon Helm cogía la mandolina – es tan legendaria como su reputación como «animal de fiestas».
«Richard Manuel era todo un espectáculo en sí mismo. Él era lo máximo. Era el mejor cantante que jamás escuché;la mayoría de la gente decía que le recordaba a Ray Charles. Él hacía esas baladas que hacían a las damas desmayarse. Para mí que se convirtió en el punto culminante de nuestro espectáculo.» Levon Helm.
Manuel había luchado durante toda su vida con diversas adicciones, sobre todo tras la desintegración de la banda, en 1976. Un factor, además, que contribuyó notablemente a su depresión fue la metamorfosis de la banda, que, tras su regreso a inicios de los ochenta, ya no llenaba estadios. . Se encontró atrapado en una rutina musical y emocional. Sin embargo, Levon Helm afirmó que no era así: «no estaba deprimido; no estaba loco. Se sentó en el borde de la cama y habló de las canciones y la gente y a las 2:30 regresó a su habitación, pensé que iba a volver. Esa es la…. última vez que lo ví.»
Robbertson, Helm, Manuel, Danko y Garth Hudson habían tocado junto durante 24 años, publicaron diez discos y una pelicula de éxito –The Last Waltz, dirigida por Martin Scorsese- y en el proceso dejaron una huella indeleble en la historia del rock.
«Yo estaba locamente enamorado de Richard … En ese momento, [1975] teníamos los mismos problemas. Me sentía inseguro y él era claramente inseguro, y sin embargo, estaba tan increíblemente dotado …. Para mí [Richard] era la verdadera luz de la banda. Sí, los otros chicos eran fantásticos talentos, por supuesto, pero había algo del locura en Richard. El estaba en carne viva. Cuando cantaba en ese falsete el pelo del cuello se me ponía de punta. No mucha gente puede hacer eso «. Eric Clapton.
