El test de las 5: Fernando Navarro
Fernando Navarro es redactor del diario El País. Desde 2008 escribe en el blog La Ruta Norteamericana, un rincón que se ha convertido en parada obligatoria para muchos. También colabora en Babelia y revistas como Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. En 2011 publicó su primer libro, Acordes rotos. Retazos eternos de la música norteamericana en la editorial 66 rpm. Ahora vuelve con Martha. Música para el recuerdo (de nuevo en 66 rpm), una primera novela que, como él mismo nos cuenta, «es una canción (mi canción) que dedico a la música y lo que me inspira».
Lugar y fecha de nacimiento: Madrid, 1981
¿Te tomas tu imagen en serio o piensas que es algo secundario?
En absoluto es prioritario pero, vamos, tampoco voy por la vida como si no me preocupase. Intento estar conforme conmigo mismo sin que sea una obsesión. Imagino que como cualquier persona normal que intenta llevarse bien consigo misma sin ser una narcisista.
¿Te suele servir algún líquido elemento de gran ayuda en tu proceso de escritura?
Sí. De hecho, a veces, muchos de los textos de los que me siento más orgulloso, que más he disfrutado escribiendo, iban acompañados de un buen whisky y grandes discos sonando. Cerveza y vino también ayudan, pero, cuando se trata hacer un gran remate, whisky con hielo.
Sabemos que te gusta el whisky. ¿Alguna preferencia?
Mi whisky de cabecera en los últimos años es el 100 Pippers. Antes era de Johnnie Walker. Soy muy de escoceses. Pero, a veces, me gusta el aspecto más áspero de un bourbon (obligatorio con los discos de rock sureño) como Jack Daniel´s o Wild Turkey. Y tengo una debilidad absoluta con un maltés: The Macallan.
¿Cómo surgió la idea para Martha. Música para el recuerdo? Es tu primera novela, ¿no?
Es mi primera novela. Y la realidad me empujó a escribirla. Quiero decir que, si las cosas hubiesen sucedido de otra forma en mi vida, tal vez, no la hubiese escrito pero necesité hacerlo para mí y como un homenaje a toda la música que volvió a hacerme sentir vivo hace dos años, cuando más lo necesitaba. Digamos que la novela es una canción (mi canción) que dedico a la música y lo que me inspira. Como Javi hace con Marta, los protagonistas del libro.
¿A qué tres conciertos que aún no has tenido oportunidad de ir te gustaría asistir?
Tom Petty and The Heartbreakers, Caetano Veloso y B. B. King.
Ese grupo o solista nacional de cualquier década que merece/mereció más repercusión de la que tuvo:
Hay tantos que la lista sería enorme pero, si tengo que elegir uno, hoy digo Fred Neil. Su folk es brillante, rompedor para la época de los sesenta y lleno de una nostalgia embriagadora. Se perdió entre la bruma de los sesenta que dejó el grandísimo fogonazo de Bob Dylan y la contracultura.
¿Cuál es la primera medida que tomarías al día siguiente de ganar unas elecciones?
Ni me imagino ni quiero ganar unas elecciones, pero si tuviese que tomar una medida la primera sería reforzar con todos los medios posibles la lucha contra la corrupción política y empresarial.
¿Hay alguien con quién –desde el punto de vista periodístico- te hayan comparado que jamás hubieses imaginado?
Con Diego A. Manrique. Es un halago tremendo oírlo pero seamos serios: Diego A. Manrique solo ha habido, hay y habrá uno. Y yo, por la parte que me toca, estoy lejos, muy lejos de Diego.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos musicales? ¿En casa? ¿Por la televisión? ¿En el vecindario? ¿Con los amigos?
En el coche con mi madre, que ponía discos de Juan Pardo, Los Brincos, Dyango, Julio Iglesias… pero mis recuerdos, los míos conscientes, los que me empezaron a dar forma como ser, fueron cuando me hice con un casete de los Beach Boys y otro de Bryan Adams y los escuchaba como loco pensando que existía todo un mundo ahí fuera mucho más apasionante que el colegio. Debía tener unos 13 años.
¿Qué consejo deberías haber escuchado pero no lo hiciste?
Imagino que unos cuantos, aunque intento escucharlos todos.
¿Qué grupo o disco tienes siempre en el ‘walkman’?
Hey, esta es buena. El walkman…. Qué momentos más grandes me dio en mi vida. Siempre llevaba cintas de Springsteen, Los Rodríguez, Rosendo, Los DelTonos, Platero y Tú, Lou Reed o Dylan.
Si tuvieras que cantar una canción en un karaoke, ¿cuál elegirías?
Supongo que una horrible de un músico que me parezca horrible para cantarla aún más horrible. Por ejemplo, Melendi. Porque canto horrible. Jamás cantaría una canción que me gustase por respeto a la música. Eso sí, cantar en la ducha no cuenta, ok?
¿Dónde prefieres disfrutar un concierto, en festivales al aire libre, teatros, parques, locales cerrados, cumpleaños, portaaviones?
¡¡¡¿¿¿Portaaviones???!! Joder, no lo había pensado nunca. Un concierto de rock en un barco de esos sería como un Motín del Caine. Venga, elijo ahí, cruzando los mares, por mucho que molen en teatros pequeños.
¿Crees que los músicos tienen la responsabilidad de tener un mensaje político o social en su música?
No, en absoluto, aunque me interesan los artistas que me ayudan a pensar y reflexionar sobre mi entorno, incluido el político. Si lo tienen, bienvenido sea, pero no lo veo obligatorio.
Define con una palabra tu nuevo libro:
Musical. Iba a poner “obra maestra” pero me he dado cuenta que son dos. Esto último es una broma, que conste en acta.
Algo que hayas lamentado hacer/no haber hecho en tu carrera, o algo que de antemano ya sepas que seguramente lamentarás:
Por ahora, lamento pocas cosas y no deben ser muy importantes porque no las recuerdo. Y sí: seguro que en el futuro lamentaré algo, pero ahí está el whisky y el rock’n’roll para sobrellevarlo.
Algún artista que ya no esté con nosotros o grupo disuelto que hubierais deseado haber visto en directo:
Puff.. un porrón. Elijo dos: Miles Davis o Elvis Presley.
¿Qué preferirían tus padres que estuvieras haciendo ahora?
Cualquier cosa que me haga feliz, seguro. Así que intento no decepcionar a mi madre, pero no siempre lo consigo.
Esa personalidad (músico, escritor, cineasta) en activo del que pienses «así de dignamente me gustaría envejecer”.
Leonard Cohen o Bob Dylan como ejemplos de dos ancianos que envejecen bien, hacen lo que quieren y siguen siendo elegantes e inteligentes.
Seguimos tu blog La Ruta Norteamericana, pero ¿podrías darnos algunos nombres de este 2015 que no deberíamos pasar por alto?
Veamos, citaré una de la que no he escrito y me gustaría: Natalie Prass. Su disco está producido por un magnífico Matthew E. White. Esta chica tiene una voz muy angelical y suena realmente bien. Muy recomendable. En esta línea, también recomiendo a Strinking Matches, producidos por T-Bone Burnett. Y también recomendaría a Songhoy Blues, que son de Malí. No entran en los parámetros del blog pero merecen muchísimo la pena. Son una pasada. R&B con un groove brutal y de raíces africanas. Lo han petado en Reino Unido y son dinamita, con una historia detrás que pronto contaremos en El País. Nuestro corresponsal en Londres, Pablo Guimón, pudo entrevistarles allí y nos contará.
Momento verdaderamente especial que te haya dado la música:
La vida en todo su esplendor.